Las poblaciones del norte de Europa practicaban la caza de ballenas desde el Neolítico, cerca del 4000 antes de Cristo. Los más expertos en este tipo de pesca eran los noruegos, los islandeses, los fenicios, y también los vascos.
La industria del aceite de ballena ocupó un lugar importante en la economía de los vascos durante mucho tiempo. Los pescadores del Golfo de Vizcaya ya tenían una industria y actividades comerciales relacionadas con la ballena en el siglo XII.
Los vascos fueron pioneros en una técnica de caza que más tarde será adoptada también por los demás. Cuando avistaban una ballena desde tierra, se acercaban en pequeñas embarcaciones armados de arpones y se lanzaban a por el animal. Una vez capturada, se llevaba al puerto y cada parte del animal se aprovechaba.
Los vascos dominaron el tráfico comercial en los mares del norte durante más de tres siglos. Una vez las ballenas empezaron a escasear en el Golfo de Vizcaya, los pescadores se aventuraron hacía el Atlántico Norte y establecieron importantes rutas y negocios con otros pueblos.
Desde la mitad del siglo XVIII las flotas de Inglaterra y Holanda se impusieron en las guerras comerciales y los vascos dejaron esta actividad, pero los pescadores vascos siguieron siendo muy demandados en las flotas de cazadores de ballenas.
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